
Quisiera relatar una pequeña historia desde el pasado hasta el presente.
En casa de mis padres éramos seis hermanos, en los tiempos de la posguerra, teníamos pocos juguetes y los pocos eran hechos por nosotros como los muñecos y las pelotas, pero no recuerdo haber pasado faltas, sí recuerdo haber jugado mucho y tener una niñez feliz. Cuando tuve 14 años me puse en un taller de costura para aprender a coser y me hice modista y así trabajando ayudaba a mis padres en aquellos tiempos difíciles donde todos incluso los pequeños arrimábamos el hombro a medida de nuestras fuerzas.
Cuando tuve 19 años me enamoré y así pasaron unos años, con pocos recursos pero felices, y cuando llegó mi boda la recuerdo con mucha ilusión pero no como las de ahora con tanto lujo, fue una boda sencilla pero bonita y muy emotiva donde nos reunimos toda la familia en un almuerzo y después por la noche hubo baile y la invitación para todos los amigos y conocidos. Fuimos de viaje de novios a Sevilla.
Así pasaron los años con mucha ilusión y como todos los jóvenes íbamos a todas las fiestas y lo pasábamos bien, pero todo con pocos recursos porque trabajando se ganaba muy poco, y eran tiempos difíciles para la gente del campo. Después vino una nueva etapa que fue la de los hijos, primero nació una niña preciosa que se llama Ana Mari, y se crió muy gordita, después nació mi segunda hija, Marisol y todos estábamos muy contentos y éramos una familia feliz, posteriormente nació mi última hija Fani, recuerdo esa época con mucho cariño, le hacía la ropita a mis hijas y las peinaba con sus pipines y disfrutaba cuidándolas y viéndolas crecer. Esta es quizás la época que recuerdo con mayor añoranza.
Estoy contando esta historia cuando tengo 71 años, dos hijas tengo casadas y cinco nietos y Fani está soltera es profesora de pedagogía. Ya estoy jubilada y después de tantos años de lucha en la vida tengo un poco de tiempo libre para mí y lo aprovecho aprendiendo cosas nuevas que antes no pude por circunstancias de la vida y del momento, así ahora voy a la escuela de Adultos y al centro Guadalinfo de mi localidad donde estoy aprendiendo a manejar los ordenadores, ya consigo comunicarme con mis hijas y nietos a través del correo electrónico, algo impensable hace algunos años. También voy a gimnasia y todo ello me sirve para tener una vejez saludable y activa aparte de pasarmelo bien en compañía de mis compañeras y mis profes.
Emilia C.
1 comentario:
Emilia: me encantó leer tu historia de vida, felicitaciones porque a tus jóvenes 71 años, incursionas en internet, llevas inquietud en el alma por aprender nuevas cosas tan distintas e inimaginables cuando eras pequeña.
Un abrazo desde Montevideo-Uruguay
Marta Altesor Serna
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