Proyecto Abuelos en la Red Huétor Tájar

miércoles, 6 de junio de 2007

UNA MADRE ENAMORADA DE LA ÉPOCA EN QUE VIVIMOS


Quisiera relatar una pequeña historia desde el pasado hasta el presente.
En casa de mis padres éramos seis hermanos, en los tiempos de la posguerra, teníamos pocos juguetes y los pocos eran hechos por nosotros como los muñecos y las pelotas, pero no recuerdo haber pasado faltas, sí recuerdo haber jugado mucho y tener una niñez feliz. Cuando tuve 14 años me puse en un taller de costura para aprender a coser y me hice modista y así trabajando ayudaba a mis padres en aquellos tiempos difíciles donde todos incluso los pequeños arrimábamos el hombro a medida de nuestras fuerzas.
Cuando tuve 19 años me enamoré y así pasaron unos años, con pocos recursos pero felices, y cuando llegó mi boda la recuerdo con mucha ilusión pero no como las de ahora con tanto lujo, fue una boda sencilla pero bonita y muy emotiva donde nos reunimos toda la familia en un almuerzo y después por la noche hubo baile y la invitación para todos los amigos y conocidos. Fuimos de viaje de novios a Sevilla.
Así pasaron los años con mucha ilusión y como todos los jóvenes íbamos a todas las fiestas y lo pasábamos bien, pero todo con pocos recursos porque trabajando se ganaba muy poco, y eran tiempos difíciles para la gente del campo. Después vino una nueva etapa que fue la de los hijos, primero nació una niña preciosa que se llama Ana Mari, y se crió muy gordita, después nació mi segunda hija, Marisol y todos estábamos muy contentos y éramos una familia feliz, posteriormente nació mi última hija Fani, recuerdo esa época con mucho cariño, le hacía la ropita a mis hijas y las peinaba con sus pipines y disfrutaba cuidándolas y viéndolas crecer. Esta es quizás la época que recuerdo con mayor añoranza.
Estoy contando esta historia cuando tengo 71 años, dos hijas tengo casadas y cinco nietos y Fani está soltera es profesora de pedagogía. Ya estoy jubilada y después de tantos años de lucha en la vida tengo un poco de tiempo libre para mí y lo aprovecho aprendiendo cosas nuevas que antes no pude por circunstancias de la vida y del momento, así ahora voy a la escuela de Adultos y al centro Guadalinfo de mi localidad donde estoy aprendiendo a manejar los ordenadores, ya consigo comunicarme con mis hijas y nietos a través del correo electrónico, algo impensable hace algunos años. También voy a gimnasia y todo ello me sirve para tener una vejez saludable y activa aparte de pasarmelo bien en compañía de mis compañeras y mis profes.
Emilia C.

1 comentario:

Marta Susana dijo...

Emilia: me encantó leer tu historia de vida, felicitaciones porque a tus jóvenes 71 años, incursionas en internet, llevas inquietud en el alma por aprender nuevas cosas tan distintas e inimaginables cuando eras pequeña.
Un abrazo desde Montevideo-Uruguay
Marta Altesor Serna