Tengo
68 años y nací en Huétor Tájar (GRANADA), comencé mi vida
laboral a los 11años por la necesidad imperiosa de ayudarles a mis
padres pues era el mayor de cinco hermanos y las necesidades de aquel
tiempo eran bastantes. Hacía poco que había terminado la guerra
civil, y aquellos años fueron muy difíciles, dependiendo del bando
en el que estuvieras uno u otro lo tenías mas o menos difícil. Los
que mas difícil lo tenían fueron los del bando republicano que
perdieron la contienda, cual fue el caso de mi familia.
A partir de
ese tiempo que deje el colegio con gran pesar de mis padres y mio
propio porque modestia aparte,se me daban bien los estudios y lo mas
importante es que me gustaba mucho. Hasta el punto de que lloraba por
ir al colegio.
Cambiando un poco de
tema, las fiestas en aquella época eran muy diferentes a las que se
viven hoy. Estas para los niños de mi edad y de nuestra clase
social eran muy peculiares. Por un lado como durante todo el año no
había otra clase de entretenimientos pues las esperábamos con gran
entusiasmo, pero cual era lo negativo, pues la parte económica,
nuestros padres por más que querían no podían. Pues bien por aquel
entonces en Huétor Tájar había unas enormes ferias de ganado. Entonces los
críos cogíamos y cegamos hierba de las lindes, cabos de los maíces
y los vendíamos a los ganaderos que venían de todos los pueblos a
vender o cambiar sus bestias.
Otra forma de
recaudar algún dinero era vendiendo agua también para los
feriantes, pues con el primer dinerillo
que cogíamos de la hierva y los cabos comprábamos un pipo y
llenamos agua en los pozos y
a veces en la acequia gorda y la vendíamos “a gorda la hartá”que
era la décima parte de una
peseta.
Como
mencionaba anteriormente comencé a trabajar a los 11 años mi primer
trabajo fue criar animales
concretamente había un señor en el pueblo que los compraba y
nosotros los criabamos y cuando
estaban grandes se vendían y se partían al 50 por ciento, los
animales en concreto eran
becerros al desteto.
Aun así mi
inquietud por la escuela seguía latente en mi mente y en la de mis
padres, entonces decidimos
ir a clases particulares por las noches a un señor que siempre lo
recordaré porque aunque no era
profesor titulado era una persona que tenía mucho interés porque
los niños aprendieran,
era un hombre bueno aparte de buen profesor. Este hombre tenía un sobrenombre por lo
mucho que le gustaba las habas verdes pues le decíamos "habas
verdes", y a él no le
importaba se lo tomaba muy bien.
Hueteño
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