Proyecto Abuelos en la Red Huétor Tájar

miércoles, 23 de noviembre de 2016

VIVENCIAS DE UN NIÑO DE LA POSGUERRA


Tengo 68 años y nací en Huétor Tájar (GRANADA), comencé mi vida laboral a los 11años por la necesidad imperiosa de ayudarles a mis padres pues era el mayor de cinco hermanos y las necesidades de aquel tiempo eran bastantes. Hacía poco que había terminado la guerra civil, y aquellos años fueron muy difíciles, dependiendo del bando en el que estuvieras uno u otro lo tenías mas o menos difícil. Los que mas difícil lo tenían fueron los del bando republicano que perdieron la contienda, cual fue el caso de mi familia.

A partir de ese tiempo que deje el colegio con gran pesar de mis padres y mio propio porque modestia aparte,se me daban bien los estudios y lo mas importante es que me gustaba mucho. Hasta el punto de que lloraba por ir al colegio.

Cambiando un poco de tema, las fiestas en aquella época eran muy diferentes a las que se viven hoy. Estas para los niños de mi edad y de nuestra clase social eran muy peculiares. Por un lado como durante todo el año no había otra clase de entretenimientos pues las esperábamos con gran entusiasmo, pero cual era lo negativo, pues la parte económica, nuestros padres por más que querían no podían. Pues bien por aquel entonces en Huétor Tájar había unas enormes ferias de ganado. Entonces los críos cogíamos y cegamos hierba de las lindes, cabos de los maíces y los vendíamos a los ganaderos que venían de todos los pueblos a vender o cambiar sus bestias.
Otra forma de recaudar algún dinero era vendiendo agua también para los feriantes, pues con el primer dinerillo que cogíamos de la hierva y los cabos comprábamos un pipo y llenamos agua en los pozos y a veces en la acequia gorda y la vendíamos “a gorda la hartá”que era la décima parte de una peseta.
Como mencionaba anteriormente comencé a trabajar a los 11 años mi primer trabajo fue criar animales concretamente había un señor en el pueblo que los compraba y nosotros los criabamos y cuando estaban grandes se vendían y se partían al 50 por ciento, los animales en concreto eran becerros al desteto.
Aun así mi inquietud por la escuela seguía latente en mi mente y en la de mis padres, entonces decidimos ir a clases particulares por las noches a un señor que siempre lo recordaré porque aunque no era profesor titulado era una persona que tenía mucho interés porque los niños aprendieran, era un hombre bueno aparte de buen profesor. Este hombre tenía un sobrenombre por lo mucho que le gustaba las habas verdes pues le decíamos "habas verdes", y a él no le importaba se lo tomaba muy bien.

Hueteño

No hay comentarios: