Cuando era pequeño
en mi casa se pasaba fatigas. Lo recuerdo porque mi madre compraba
comida y siempre lo mejor era para mi padre porque era el que
trabajaba. Ya cuando tenía diez años mi padre me puso a trabajar
los veranos en una frutería que vendía al por mayor, es decir
repartiendo frutas por todos los pueblos lindantes . Pero como se me
daba muy bien las matemáticas me pusieron a vender en la plaza de
abastos, lo mismo vendía fruta que pescado. Nos levantabamos todos
los días a las cuatro de la mañana hasta las diez de la noche un
día tras otro. Así los tres meses de verano, y todo este trabajo
era todo recompensado a cambio de darnos ropa para mis hermanos y
para mí.
Durante los nueve
meses restantes íbamos de lunes a viernes a la escuela. Los domingos
por la mañana íbamos al campo de fútbol a llenar los bidones de
agua con cubos de un manantial,que estaba cerca de las casetas. A
cambio de que nos dieran un refresco, pero también había que
recoger toda la ropa de los jugadores. Cuando terminé octavo me fui
a Loja a estudiar primero de BUP pero cuando llegaron las vacaciones
de Navidad mi padre me sacó del Instituto para ir a trabajar a la
obra de peón, haciendo mas mezcla que un tonto.
A la edad de quince
años ya jugaba en el Huétor Tájar de la regional preferente, me
acuerdo que cuando ganábamos cantábamos esta canción:
- “El equipo del
Huétor Tájar es un equipo muy feroz,
tiene cinco
delanteros que son artilleros al arte del balón,
pero la media son
dos leones, la defensa la mejor,
pero tiene un
porterazo,
que por alto y bajo,
no le meten un gol”.
Todo el pueblo se
volcaba con el equipo, incluso ponían autocares para la gente que
quisieran ir a vernos a cualquier pueblo de la provincia. ¡Qué
domingos mas maravillosos echábamos todos,de comida nos daban un
bocadillo y un refresco, pero de cobrar dinero nada. Hoy todo el
mundo va por el interés de cobrar dinero y antes disfrutábamos sin
cobrar nada. Mi pueblo gracias a Dios a crecido mucho y tenemos unas
instalaciones magníficas. Me da envidia sana de ver como mi hijo y
demás niños disfrutan de ellas. En mi pueblo hay muchas zonas
verdes, como plazas, parques, columpios para los niños y mayores.Por
eso estoy orgulloso de ser hueteño,granadino,andaluz y español.
Manuel Rafael
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